Los incendios forestales son un problema estacional. Los que pueden suponer un riesgo para la población, las infraestructuras o el monte mismo se concentran en una época del año concreta que en la mayor parte del territorio peninsular es el verano. Por eso, las Administraciones establecemos una serie de
épocas de peligro en función de la época del año para regular las actividades tradicionales autorizadas al público e intentar adaptar la capacidad de respuesta del dispositivo de extinción.
En Castilla-La Mancha distinguimos tres épocas: Peligro bajo, medio y alto, aunque las diferencias en las restricciones entre los periodos bajo y medio son mínimas. La gran diferencia se establece durante la
época de peligro alto (la denominada campaña de incendios), donde se prohibe todo uso del fuego. Este peligro alto abarca siempre desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre, salvo que las condiciones meteorológicas hagan necesaria una ampliación.
Pero contrariamente a lo que se suele pensar,
los incendios forestales ocurren prácticamente a diario. Aunque cueste creerlo, en cualquier provincia española hay conatos de incendios forestales casi todos los días, aunque normalmente, durante los meses de invierno, las condiciones de estado de la vegetación, humedad, temperatura, etc. no son las adecuadas para que dicho incendio propague intensamente.
|
Los medios aéreos del MAGRAMA actuando en el Pais Vasco. Fuente: |
¿Pero realmente se ajusta esta división de peligro temporal a la realidad? En la mayoría de los años sí, pero desgraciadamente cada vez son más habituales las anomalías que hacen que empiece a perder sentido las divisiones temporales preestablecidas. Este invierno es un claro ejemplo: el riesgo en las horas centrales del día es superior a algunos meses de mayo o junio.
|
Índice de peligro AEMET del día 26 de junio de 2013 (arriba) y del día 27 de diciembre de 2015 (abajo)
|
Queda patente que de vez en cuando el clima nos juega malas pasadas, y no siempre el
nivel de peligro de incendio real se ajusta a esa previsión estacional. A veces tenemos primaveras secas o inviernos muy cálidos y ocurren episodios como el que estamos viviendo en la cornisa cantábrica.
¿Estamos viviendo algo excepcional? Pues sí y no. Es excepcional en cuanto a que la época de vientos terrales de sur y vegetación seca suele ser a finales de invierno, pero es habitual que en la cornisa cantábrica haya incendios en invierno o principio de la primavera. Lo que está claro es que la sequía otoñal junto con las altas temperaturas han hecho que esta campaña esté siendo excepcionalmente temprana e intensa en el norte de España.
|
Incendios en Cantabria. Fuente: |
Es evidente que
los tiempos cambian, pero hoy en día también contamos con herramientas de análisis y de divulgación que hace que podamos avanzar hacia un sistema más dinámico donde la época de riesgo venga establecida por las previsiones meteorológicas a pocos días y se informe convenientemente a la población de la posibilidad o no de hacer uso del fuego a través de teléfonos móviles, bandos, internet o redes sociales.
|
La UME extinguiendo en Cantabria. Fuente: |
Otro aspecto a tener en cuenta son los dispositivos de extinción. No es nada fácil montar un dispositivo para hacer frente a las épocas de peligro extemporáneas y esto sólo es posible con dispositivos que trabajen doce meses al año con la flexibilidad laboral necesaria para que puedan
hacer tratamientos selvícolas y labores preventivas cuando el peligro sea bajo, pero que se vayan desplegando parcialmente cuando el peligro sea medio y un despliegue total en época de peligro alto. Va siendo hora de dejar de mirar el mes en el que estamos para pasar al riesgo real de incendios que tenemos. Los herramientas para conseguirlo ya están aquí, solo hace falta un último esfuerzo.
Un magnífico.Divulgacion sencilla pero con rigor. Mi enhorabuena por tu trabajo.
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos. Nos encanta que nos dejéis vuestra opinión y con vuestro "feedback" podamos ir mejorando.
EliminarUn saludo.