Septiembre seca las fuentes o se lleva los puentes. Refranero español.
El mes de septiembre no suele ser un mes demasiado complicado en cuanto a incendios forestales se refiere. Desde finales de agosto las tormentas suelen dejar algo de agua y es habitual que alguna bolsa de aire frío en altura traiga consigo chubascos, lo que nos da a los servicios de extinción unos días de respiro como los que estamos viviendo estos días. Pero las lluvias son un fenómeno irregular y algunos años no hacen aparición hasta octubre, por lo que a veces tenemos incendios relevantes en estas fechas.
Sin embargo, en raras ocasiones estos incendios llegan a convertirse en incendios superiores a 500 ha (lo que estadísticamente se conoce como un gran incendio forestal o GIF) porque a pesar de que el terreno pueda estar relativamente seco, tenemos los siguientes factores a nuestro favor:
- Temperaturas nocturnas frescas: A pesar de que no es raro tener episodios de calor en septiembre, la temperatura por las noches suele ser agradable o incluso fría. Por tanto, el riesgo de incendio forestal durante la noche suele ser bajo.
- Noches más largas: Lo que sumado a las temperaturas frescas implica que la vegetación recupera durante la noche la humedad que haya podido perder durante el día. Vuelve a aparecer el rocío.
Pero no conviene olvidar que,
durante las horas centrales del día, las temperaturas suelen ser altas y en esas horas tenemos un riesgo de incendios medio a alto, incluso muy alto, especialmente en días ventosos o cuando ha pasado más de una semana desde la últimas lluvias. Es en esta franja horaria donde cualquier descuido puede provocar un incendio forestal.
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El 10 de septiembre de 2011 el incendio de Cañada del Hoyo alcanzó intensidades muy altas. |
Ante un incendio ya declarado es patente esa transición día-noche en el comportamiento del fuego. La noche se convierte en el momento adecuado para estabilizar dichos incendios y donde realmente los equipos de extinción somos eficaces.
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Aspecto del incendio de Cañada del Hoyo 2011 al ocaso cuando comienza a perder intensidad. |
Por el contrario, no debemos dejarnos llevar por esa falsa seguridad que puede indicarnos el comportamiento del fuego durante la noche, porque al amanecer tendremos inversiones térmicas y unos comportamientos complicados durante las horas centrales del día que pueden dar al traste con toda la labor nocturna.
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El 13 de septiembre de 2014 la escasez de lluvias en agosto y el fuerte viento provocó este incendio en Almansa (AB) |
En Castilla-La Mancha sólo se han registrado ocho incendios en septiembre mayores de 500 ha (el registro comenzó en 1968). De éstos, los tres mayores han sido en la provincia de Cuenca y todos han correspondido con los intensos periodos de sequía de los años 80 y 90.
El último de ellos correspondió al fatídico año 1994. Desde entonces, ningún incendio ha alcanzado la categoría de GIF en la región, exceptuando en El Real de San Vicente (Toledo), donde el 1 de septiembre de 2012 se alcanzaron las 627 ha.
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Recorte de prensa del GIF de Carboneras de Guadazaón del 7 de septiembre de 1994 |
En general, podemos hablar de un
mes de septiembre caracterizado por numerosas alarmas, pero cuyas posibilidades de desarrollo se restringen a las horas centrales del día de los veranos más secos. Por tanto, nos enfrentamos a incendios que pueden alcanzar comportamientos de alta intensidad durante las horas de más calor, pero que suelen quedar dentro de capacidad de extinción a medida que va anocheciendo existiendo un fuerte contraste noche-día.
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El mes de septiembre se caracteriza por numerosas alarmas de poca trascendencia. |
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